26 de marzo de 2008

Maestra de maestros

El eje fundamental del ballet español del siglo XX muere, pero su esencia persiste. Las buenas enseñanzas nunca se olvidan.

Hasta el momento de su muerte Pilar López, compartió el amor por la danza con todos, siguiendo los pasos de su hermana Encarnación López, La Argentinita. De las ensañanzas de ésta bailarina y coreográfa, de estilo conservador, surgen grandes figuras del baile y maestros como El Güito, Antonio Gades, Mario Maya...que han sabido transmitir su ética antes que la estética en la danza española.

El Amor Brujo, el Concierto de Aranjuez o el Sombrero de tres picos de Falla son algunas de sus aportaciones dancísticas. En sus creaciones guardó las formas clásicas del siglo XVIII y las mezcló con toques propios aflamencados.

Pilar López, es una de las piezas claves del baile español. Marcó la danza de honestidad y humildad que inculcó a sus sucesores. Enseñó a mirar antes a la persona que al bailarín y buscar lo moral o antes que lo estético, sin olvidar la disciplina y rigor.

La bailaora, sabia, parecía intuir el halo de soberbia que años después envuelve a la danza, siempre con excepciones.


Fuego de Jaime Olmo

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